Carlos Canizales se ha proclamado nuevo campeón minimosca del CMB tras una electrizante victoria por nocaut en el quinto asalto sobre Panya Pradabsri, ocurrida anoche en El Poliedro, Caracas, Venezuela. El púgil local dominó gran parte del combate, recuperándose rápidamente de una caída en el cuarto asalto para alzarse con el título mundial por la vía rápida.
Decidido a no dejar el resultado en manos de los jueces, Canizales comenzó lanzando ganchos pesados desde la campana inicial. Pradabsri intentó mantener la calma bajo presión, esquivando los golpes potentes. Canizales parecía considerablemente más grande, habiendo ganado peso de forma efectiva para la categoría.
Panya pareció tambalearse ligeramente por un gancho de izquierda al final del primer asalto. Aunque pudo haber celebrado escapar de ese asalto, la segunda sesión le ofreció escaso respiro, a pesar de que Pradabsri comenzó con más autoridad, tomando el centro del ring detrás de su jab.
Sin embargo, Canizales pronto recuperó la iniciativa, aumentando el ritmo una vez más. Se produjeron dos choques de cabezas en el tercer asalto, con Pradabsri tambaleándose hacia la esquina, lo que llevó a solicitar una revisión médica que confirmó que no había habido sangrado. El tailandés estaba visiblemente afectado.
Las cosas tomaron un giro dramático en el cuarto asalto cuando un derechazo de Pradabsri envió a Canizales contra las cuerdas, lo que llevó al árbitro a iniciar una cuenta. Con la confianza restaurada, Canizales recuperó la ofensiva.
Esa caída fue solo una llamada de atención para Canizales, quien luego arrinconó a Pradabsri y le propinó un demoledor golpe al cuerpo, haciéndolo caer sentado. Maltratado, magullado y agotado, Pradabsri fue noqueado con 2:49 en el reloj.
Este combate fue la revancha de su enfrentamiento a finales de 2024 en Bangkok, donde Pradabsri había obtenido una controvertida victoria por decisión mayoritaria en 12 asaltos. Buscando saldar cuentas, en esta ocasión no hubo controversia alguna, ya que Canizales arrebató el veredicto de las manos de los jueces por la fuerza.