Conah Walker, el campeón británico de peso wélter, considera que le daría al prometedor boxeador Pat McCormack un duro baño de realidad en el boxeo profesional.
El boxeador, muy apreciado por los aficionados, viene de una impresionante victoria por detención en el undécimo asalto sobre Harry Scarff, deteniendo a su complicado oponente después de estar considerablemente por detrás en las tarjetas de los jueces.
Su notable victoria de remontada – que siguió a un triunfo por decisión unánime contra Lewis Ritson – le permitió reclamar los títulos británico y de la Commonwealth el pasado enero.
Pero ahora, Walker, con un récord de 15-3-1 (6 KOs), se prepara para ofrecer otra actuación típicamente emocionante cuando se enfrente a Liam Taylor el 21 de junio.
La pareja se enfrentará en el Resorts World Arena de Birmingham, Inglaterra, como parte de una cartelera de Matchroom Boxing encabezada por Galal Yafai vs Francisco Rodriguez Jr.
Y, sin embargo, si bien Walker no subestima en absoluto a su próximo oponente, reconoce igualmente que otro compromiso – en caso de que retenga sus títulos – podría materializarse fácilmente poco después.
El medallista de plata olímpico McCormack, con un récord de 7-0 (5 KOs), se ha ganado una posición mandatoria para el codiciado Cinturón Lonsdale del boxeador de 30 años.
Fue en una eliminatoria por el título contra el experimentado veterano Robbie Davies Jr., de hecho, donde el explosivo técnico emergió con una brillante victoria por detención en el sexto asalto en febrero.
Sin embargo, a pesar de su clínica actuación contra Davies, Walker no tiene problema en enfrentarse a McCormack, quien – dejando de lado sus credenciales amateur – todavía tiene que demostrar ser un profesional resistente.
Igualmente, el hombre de Midlands sabe muy bien que, para ganar el título británico en propiedad, necesitaría enfrentarse al talentoso aspirante tarde o temprano.
“Me encantaría compartir el ring con él”, afirmó Walker. “Respeto lo que ha hecho en su carrera, pero es un luchador que está en mi radar.
Le daría una bienvenida a las filas profesionales y, una vez que sea el momento de enfrentarme a él, le abriré los ojos de par en par.
Lo que pasa conmigo es que soy la peor pesadilla de cualquiera. Podrías golpearme con un mazo y seguiría avanzando.
Tendrá que noquearme, y si no lo hace, estará en problemas”.