Sáb. Sep 6th, 2025

Diario Desde Caracas: Miradas, Pesajes y Enfoque de la Semana de Lucha

El ambiente vibraba con anticipación mientras Panya Pradabsri y Carlos Cañizales se encontraban, su primer cara a cara desde su último y trascendental combate. A diferencia de muchos, los boxeadores tailandeses son conocidos por su talante sereno y humildad, un marcado contraste con las teatralidades previas al combate que a menudo se ven. Durante esta conferencia de prensa, serví como traductor para CPF y Chatchai.

Consciente de la reputación del campeón por sus respuestas concisas, Chatchai me pidió que ampliara sus declaraciones durante la traducción, aconsejando específicamente: “Por favor, intenta traducir sus respuestas de forma más extensa, pero sin añadir dramatismo.” En tono de broma, respondí que podría hacer lo contrario, lo que le provocó una risa. Luego, reflexionó sobre sus propios días de lucha, diciendo: “Cuando yo peleaba, nunca hice esto. Siempre me mantuve en calma”, un sutil gesto hacia su humildad innata.

Antes del intenso cara a cara, se llevó a cabo una animada sesión de preguntas y respuestas, a la que asistieron numerosos periodistas y representantes de los medios. El tan esperado combate se transmitirá por ESPN Knock Out, ESPN Deportes y ESPN Plus.

Carlos relató vívidamente su frustración por su primer encuentro en Bangkok: “En Tailandia, sentí una sensación de injusticia, como si algo me hubiera sido arrebatado injustamente. Fue increíblemente frustrante, pero mi fe nunca flaqueó. Ahora, la pelea es aquí, en mi tierra, rodeado de mi gente. Pradabsri no solo se enfrentará a mí; se enfrentará a 20.000 almas apasionadas. Estamos listos para hacer historia en el Poliedro.”

La pregunta inevitable surgió entonces para el campeón reinante: ¿qué ajustes estratégicos había implementado desde su primer choque y cómo preveía el desarrollo de la revancha? Esta consulta, francamente, se había vuelto bastante repetitiva durante la última semana.

El campeón respondió: “He entrenado rigurosamente y me siento excepcionalmente preparado. Habiendo disputado ya 12 asaltos con Cañizales, entiendo su estilo íntimamente, y hemos ajustado nuestra estrategia en consecuencia. Soy plenamente consciente de que estoy peleando en su ciudad natal, lo que significa que debo asegurar una victoria clara, y haré todo lo posible para conseguir un nocaut.”

Tras el intercambio de palabras, los dos boxeadores se enfrentaron cara a cara, un momento innegablemente intenso. Su preparación y disposición para la batalla eran palpables. El silencio en la sala, solo interrumpido por el clic de las cámaras, resaltó la profunda tensión.

Una vez finalizada la conferencia de prensa, Panya dedicó amablemente tiempo a interactuar con los aficionados, firmando autógrafos y posando para fotografías. Una notable similitud entre la cultura del boxeo en Venezuela y Tailandia es la naturaleza respetuosa de los aficionados. Aquí, todos mostraron un interés genuino en conocer al púgil visitante, demostrando la profunda pasión por el boxeo en este país.

La cartelera preliminar promete combates igualmente emocionantes, con una impresionante lista de talentos. La invicta promesa femenina Treyer Peña se enfrentará a Yohandri Rondón, mientras que el evento coestelar presenta un choque de titanes: el inmaculado Luis Pacheco (16-0, 16 KO) contra Alessangel Mayora (17-1, 14 KO). Este encuentro enfrenta a dos pegadores formidables, con Mayora aportando la ventaja única de haber experimentado la derrota y, por lo tanto, no tener nada que perder. Toda esta cartelera indica firmemente el compromiso de Venezuela con el fomento de su futuro boxístico.

Luego regresamos al hotel para la crucial sesión de entrenamiento final de Panya antes del pesaje. Con 49.4 kg, estaba cómodamente dentro del límite de peso, lo que nos permitió centrarnos en una actividad ligera para que pudiera disfrutar de su cena y descansar adecuadamente.

Mientras Panya continuaba su carrera ligera, Chatchai me relató un vívido recuerdo: “En Tailandia, durante mis días de Muay Thai como joven luchador, nos restringían severamente el consumo de agua. Mi boca y garganta se secaban, los labios se agrietaban, e incluso dormíamos abrigados. Después del pesaje, nos ponían sueros intravenosos”, se rió, añadiendo, “¡Solo en Tailandia! Ahora las cosas han cambiado; los boxeadores controlan su peso mientras siguen comiendo y bebiendo. Aquellos tiempos anteriores eran realmente extremos.”

A la mañana siguiente, antes de partir para el pesaje oficial, verificamos el peso del campeón en la báscula del hotel. Registró 48.9 kg, perfectamente por debajo del límite de 49 kg y exactamente donde queríamos que estuviera. Desde el hotel, nos dirigimos directamente al Instituto Nacional de Gestión de Personal Deportivo para la ceremonia oficial.

Cuando Panya subió a la báscula oficial inicial, apareció una lectura sorprendente de 49.4 kg, medio kilogramo más que su peso en el hotel. Cañizales también registró un peso superior al esperado de 49.6 kg. Ambos equipos se quedaron desconcertados, y quedó claro que algo no estaba bien, ya que los siguientes luchadores de la cartelera preliminar también mostraron discrepancias similares. Tras una exhaustiva discusión con los oficiales y Ricardo Maldonado, mánager de Cañizales, el CMB acordó recalibrar la báscula.

Con la báscula correctamente recalibrada, el campeón dio el peso cómodamente con 48.9 kg. Cañizales, inicialmente un poco excedido con 49.025 kg, demostró verdadero profesionalismo al regresar dentro del plazo de dos horas para alcanzar exitosamente el límite.

El pesaje ceremonial de la tarde estuvo cargado de la intensidad esperada: cámaras parpadeantes, aficionados vitoreando y el dramático cara a cara final. Mientras los dos atletas se mantenían a escasos centímetros el uno del otro por última vez antes de la noche de la pelea, el peso de lo que estaba en juego se hizo poderosamente evidente: mucho más que un cinturón de campeonato o el simple derecho a alardear.

El día concluyó con una modesta cena de fideos, pollo y arroz, la aproximación culinaria más cercana a la comida tailandesa que pudimos encontrar. Esto reafirmó una clara observación: si bien se puede sacar a un tailandés de Tailandia, nunca se puede sacar a Tailandia de su esencia.

Para Panya, este próximo combate representa una oportunidad para disipar las dudas persistentes, eliminar el signo de interrogación que ha pendido sobre su reinado de campeón y afirmar definitivamente su lugar legítimo en la exigente división de las 108 libras. Para Venezuela, encarna un profundo sentido de orgullo nacional, una esperanza reavivada y la creencia inquebrantable de que su boxeador puede traer el título a casa.

En última instancia, para cada espectador, este evento es un testimonio de la verdad cruda que se revela cuando dos luchadores, forjados en entornos distintos pero impulsados por una ambición idéntica, convergen en una arena donde la evasión es imposible, solo la exhibición auténtica.

By Isidro Montero

Isidro Montero es un periodista barcelonés con un enfoque único en la cobertura deportiva. Comenzó informando sobre competiciones locales, y ahora sus artículos sobre ciclismo, baloncesto y deportes acuáticos se leen en todo el país.

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