Lewis Richardson tuvo un debut profesional impecable en el boxeo, bajo el estandarte de Queensberry Promotions de Frank Warren, marcando así el inicio de una carrera prometedora.
Esta fue su primera aparición desde su derrota, algo polémica, por decisión dividida ante Marco Verde, otro joven prospecto, en los Juegos Olímpicos de París del año pasado.
No obstante, esa derrota le valió a Richardson una medalla de bronce olímpica, convirtiéndose en el único miembro de GB Boxing en asegurar un lugar en el podio.
Su primera prueba profesional, por su parte, llegó en la cartelera de Fabio Wardley vs Justis Huni en Portman Road, estadio del Ipswich Town Football Club, donde se celebró el evento.
El inicio del combate vio a Richardson utilizar su velocidad superior, imponiendo un ritmo vertiginoso a Dmitri Protkunas, un boxeador estonio más experimentado, sin necesidad de forzar la maquinaria.
En el cuarto asalto, exhibió un conjunto de habilidades más avanzadas, con sus pies “bailando” alrededor de su oponente, que parecía más limitado.
Como era de esperar, los dos asaltos siguientes contaron una historia similar antes de que el escurridizo zurdo —encontrando pocos obstáculos en su camino— asegurara su victoria por 60-54 tras los seis asaltos.
Él sabrá, por supuesto, que le esperan pruebas mucho más duras, pero la actuación de esta noche mostró, al menos, algunos destellos de su talento.
Estando cerca de su ciudad natal, también brillaron con fuerza los indicios del potencial del boxeador de Colchester como prolífico vendedor de entradas.
De cualquier manera, hay sin duda mucho que esperar de la carrera de Richardson, quien, aunque debutó en 160 libras, podría buscar probarse en el peso superwelter en no mucho tiempo.