Las aspiraciones de Nick Ball para una pelea de unificación deberán posponerse por ahora, ya que está programado para defender su título contra el retador obligatorio Brandon Figueroa en su próximo combate.
Conocido como `The Wrecking Ball`, Ball defendió con éxito su título mundial de peso pluma de la AMB en agosto, ofreciendo una actuación impecable para vencer a Sam Goodman por decisión en lo que fue un encuentro razonablemente competitivo.
Antes de eso, el púgil de Liverpool completó dos defensas de título directas contra TJ Doheny y Ronny Rios, asegurando victorias con un nocaut técnico en el décimo asalto en ambas ocasiones.
Mientras tanto, los aficionados han estado ansiosos por que Ball (23-0-1, 13 KOs) participe en una pelea de unificación con uno de los otros tres campeones reinantes. Un combate particularmente esperado es contra el campeón de la OMB, Rafael Espinoza, cuya considerable ventaja de altura crearía un choque de estilos fascinante.
Sin embargo, ahora parece probable que Ball, de 28 años, se enfrente a Figueroa (26-2-1, 19 KOs) –otro competidor espigado en la división de 126 libras– en su próxima pelea. Ambas partes tienen hasta el 12 de noviembre para llegar a un acuerdo.
Si no se llega a un acuerdo, la AMB está lista para programar una audiencia de subasta de bolsa para la defensa obligatoria del título de Ball.
Figueroa, por su parte, consolidó su posición como principal contendiente ante el organismo sancionador tras su victoria por decisión contra Joet Gonzalez en julio.
Antes de esto, el boxeador estadounidense acumuló una sólida racha de victorias contra Carlos Castro, Mark Magsayo y Jessie Magdaleno, antes de sufrir finalmente una segunda derrota ante el campeón del CMB, Stephen Fulton el pasado febrero.
Su primer enfrentamiento tuvo lugar en 2021, momento en el que Figueroa era el campeón mundial de peso supergallo del CMB, un título que perdió por decisión mayoritaria.
Habiendo ascendido a peso pluma, Figueroa, de 28 años, se ha adaptado claramente sin problemas a su nueva división. Mientras tanto, Ball, el actual campeón de la AMB, no debería sorprenderse de que su defensa obligatoria del título sea ahora un requisito oficial.