En Español
El elegante juego de pies de Román “Chocolatito” González, que evoca la sensación de deslizarse sobre hielo, sigue cautivando a los espectadores, incluso hoy en día.
Sin embargo, a pesar de su atractivo perdurable, el campeón mundial de múltiples divisiones, a sus 38 años, ya no es el boxeador maestro impecable que alguna vez fue, ni la leyenda por la que está destinado a ser recordado en los años venideros.
En su reciente combate de peso supermosca contra Héctor Robles, González no regresó a su mejor forma, pero ofreció una actuación que combinó destellos de su brillantez pasada con una narrativa convincente.
Héctor Robles (13-9-3, 4 KOs), un oponente enérgico pero menos hábil, comenzó agresivamente, conectando una ráfaga notable al final del primer asalto mientras González intentaba contrarrestar su rápido ataque.
González, conocido por su ataque diverso, pronto estableció el control con su mano derecha, lanzada desde múltiples ángulos, mientras maniobraba hábilmente alrededor del más estático Robles.
Aunque su característico movimiento lateral, un sello distintivo de su carrera temprana, no era tan dominante como en su juventud hacia la mitad de la pelea, siguió siendo efectivo y visualmente atractivo.
El veterano, con un récord de 53-4 (42 KOs), ocasionalmente absorbía golpes para conectar los suyos, sin embargo, su compostura y efectividad en la corta distancia disuadieron a Robles de una agresión continua.
Robles logró hacer retroceder la cabeza de González con golpes ocasionales. No obstante, a medida que el encuentro en Managua, Nicaragua, se acercaba a su conclusión, fue el juego de pies más hábil y astuto de González lo que finalmente decidió el resultado.
Las puntuaciones de los jueces de 96-94, 97-93 y 98-92 favorecieron justamente al legendario boxeador. Sin embargo, esta victoria, aunque clara, insinuaba menos un retorno total a su mejor forma y más el acercamiento inevitable de la edad.
In English (Rephrased)
Even now, Roman “Chocolatito” Gonzalez`s graceful footwork, reminiscent of gliding on ice, continues to captivate onlookers.
Yet, despite his enduring appeal, the 38-year-old multi-division world champion is no longer the flawless master boxer he once was, nor the legend he is destined to be remembered as in years to come.
In his recent super-flyweight bout against Hector Robles, Gonzalez didn`t quite revert to his prime form but delivered a performance that combined moments of his past brilliance with a compelling narrative.
Hector Robles (13-9-3, 4 KOs), a spirited but less skilled opponent, began aggressively, landing a noticeable flurry late in the first round as Gonzalez worked to counter his rapid assault.
Gonzalez, known for his diverse attack, soon established control with his right hand, thrown from various angles, as he skillfully maneuvered around the more static Robles.
While his signature lateral movement, a hallmark of his earlier career, wasn`t as dominant as in his youth by the fight`s midpoint, it remained effective and visually engaging.
The veteran, with a record of 53-4 (42 KOs), occasionally absorbed punches to land his own, yet his composure and effectiveness in close quarters deterred Robles from continuous aggression.
Robles managed to snap Gonzalez`s head back with occasional blows. However, as the fight in Managua, Nicaragua, progressed towards its final rounds, it was Gonzalez`s superior and more cunning footwork that ultimately swayed the outcome.
The judges` scores of 96-94, 97-93, and 98-92 rightly favored the legendary fighter. Yet, this victory, while clear, hinted less at a full return to his prime and more at the inevitable approach of age.