Skye Nicolson detuvo enfáticamente a Urvashi Singh en el segundo asalto de su enfrentamiento de peso supergallo, e inmediatamente fijó su mirada en una codiciada revancha con la campeona mundial de peso pluma del CMB, Tiara Brown. La pelea, que tuvo lugar en la cartelera de Jake Wyllie contra Youssef Dib en el Fortitude Music Hall en Queensland, Australia, marcó el debut de Nicolson en la división de peso supergallo (122 libras). La excampeona mundial, ahora con un récord de 14-1 con 3 KOs, demostró su dominio en el nuevo peso.
A pesar de su exitosa incursión en la categoría de 122 libras, la verdadera ambición de la hábil zurda sigue siendo un segundo encuentro con la invicta Brown (19-0, 11 KOs) en 126 libras. Brown le había infligido previamente a Nicolson su única derrota profesional a principios de este año, asegurando una controvertida victoria por decisión dividida en suelo extranjero. La determinación de Nicolson de recuperar su cinturón de peso pluma del CMB es clara, incluso después de su decisiva actuación en la categoría de peso inferior.
El combate contra Singh (12-4, 7 KOs) puso de manifiesto una marcada diferencia tanto en tamaño como en habilidad. Nicolson, con su ágil juego de pies, rodeó expertamente a su oponente más baja y menos dinámica en el primer asalto, impidiendo eficazmente que Singh montara cualquier ataque o encontrara su ritmo en lo que fue un asunto completamente unilateral. En el segundo asalto, Nicolson asestó un castigador golpe al cuerpo que visiblemente angustió a Singh. La australiana luego siguió con una furiosa combinación de tres golpes, enviando a Singh a la lona. Singh indicó rápidamente al árbitro Paul Tapley que no podía continuar, lo que llevó a la detención.
Esta enfática victoria no solo le valió a Nicolson el cinturón intercontinental de la FIB, sino que también se espera que eleve su tercer puesto en la clasificación de la división de 122 libras. A pesar de los posibles enfrentamientos con otras oponentes formidables como la campeona mundial unificada Ellie Scotney, Nicolson, de 29 años, está singularmente enfocada en vengar su única derrota profesional.
En su entrevista posterior a la pelea, Nicolson declaró: “Creo que podría ser una pegadora en las 122 libras. Me siento genial en este peso, creo que ahora estoy donde se supone que debo estar, pero también, como he dicho todo este tiempo, quiero recuperar mi cinturón en las 126 libras. Tiara Brown, tienes lo que quiero. Voy a por ello. Mientras la división de 122 libras está ocupada, estoy lista para conquistar el mundo. 122 o 126, cualquiera puede conseguirlo.”
Sus palabras señalan claramente su intención de dominar ambas categorías de peso, pero su objetivo principal sigue siendo Brown.