Un día como hoy: Buster Douglas conmociona al mundo contra Mike Tyson en Tokio

El 11 de febrero de 1990 es una fecha que quedó grabada en la historia del boxeo. Ese día, James ‘Buster’ Douglas, un desconocido púgil considerado un rival fácil, logró lo imposible al derrotar a Mike Tyson, el campeón invicto que parecía invencible.

Douglas, con probabilidades de 42 a 1 en su contra, se levantó de la lona en el octavo asalto para noquear a Tyson dos rounds después en el Tokyo Dome. Esta victoria no solo sacudió el mundo del boxeo, sino que tuvo repercusiones en toda la esfera deportiva y mediática de la época.

Tyson, con un récord de 37-0 y 35 nocauts, era considerado prácticamente imbatible. Muchos lo calificaban como el mejor boxeador libra por libra del planeta, algo inusual para un peso pesado. Se esperaba que esta pelea fuera solo un calentamiento antes de enfrentar a Evander Holyfield, el retador número uno.

Sin embargo, una combinación de factores creó la tormenta perfecta para la victoria de Douglas. Tyson no se había preparado seriamente, consumido por su estilo de vida de celebridad. Por otro lado, Douglas estaba motivado por la reciente muerte de su madre, a quien había prometido ganar el título en su honor.

Aunque Douglas fue derribado en el octavo asalto, se recuperó milagrosamente. En el décimo, aprovechó el cansancio de Tyson para lanzar una serie de golpes que culminaron en el nocaut del campeón.

Años después, Douglas recordaría: “Gané esa pelea gracias a la motivación y la determinación. A pesar de que todas las probabilidades estaban en mi contra, se trataba de creer en mí mismo”.

Esta victoria no solo cambió la carrera de Douglas, sino que también marcó el principio del fin de la era de dominio de Tyson, demostrando que incluso los campeones más formidables pueden caer.